Reiki como refugio
Hay épocas que la confusión y el ruido se abren paso en nuestro interior sin pedirnos permiso y de repente, sin saber cómo, estamos inmersos en un remolino de desorientación, prisa y huida del que tanto esfuerzo nos cuesta despegarnos. Ese deambular hacia metas materiales unidos únicamente a lo prosaico nos vacía el alma disociando lo físico y lo espiritual.
Es entonces cuando el Reiki se convierte en nuestro mejor aliado. Su práctica hace que recuperemos la armonía y se equilibren nuestra naturaleza física y nuestra naturaleza espiritual. Así, el espacio sagrado en el interior de cada uno de nosotros se muestra en todo su esplendor armonizando nuestras conexiones con la Madre Tierra y el Padre Cielo, todo vuelve a su lugar, todo encaja, volvemos al Ser.